lunes, 18 de abril de 2011

Puno en el mes de las letras

marcha en homenaje al Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, al día siguiente de la obtención del Galardón.
en Puno la Fiesta también se vivió y se vive al máximo.
la efervesencia del nobel y del amor a la literatura no es gratuito es un compromiso, sólo el arte y la literatura nos humanizan y nos hacen críticos.

Desde hace algunos años los Estudiantes de las especialidades de Lengua-Literatura-psicología y filosofía de la Universidad Nacional del Altiplano vienen desarrollando marchas de protesta de un modo que no es usual, efectúan plantones y petitorios para que las autoridades le presten más apoyo y atención a la cultura, así como a la implementación de una política y una agenda cultural que permita a Puno desarrollar “cultura” en todas sus manifestaciones.
Y lo hacen para hacernos entender que “en todo país la vida cultural debe ser parte del proyecto nacional y que las actividades creativas deben tener un lugar óptimo, que se les deben asignar espacios reales y que deben a la vez tener apoyos reales”.
Sus pancartas tienen escritas las frases que recalan en quienes las leen “gozar del arte y de la cultura es un derecho y una necesidad formativa y que todos por igual debemos tener acceso a las obras de arte”.
Para tal efecto, una vez más, han programado para el 20 de abril del 2011 un corzo en homenaje a José María Arguedas,  Emilio Adolfo westphalen y a nuestro querido Carlos Oquendo de Amat. El acto se desarrollará a través del recorrido de personajes literarios por las principales arterias de la ciudad de Puno.
Y en la noche a horas 6:00 p.m. se efectuará un festival de danzas y de teatro (lugar: auditorio municipal de de la municipalidad de Puno), en tales actividades participarán todos los semestres académicos de las ya mencionadas  especialidades.

said habla de su novela

Said Galló, Filonilo Catalina (más conocido como Luis Rodríguez Castillo), María del Pilar Carreño y el Fotógrafo, José Lusi Velásquez Garambel

EL PADRE DE OQUENDO

la Fotografía de la discordi; sin embargo fue José Luis Ayala quien la publica en la revista Costa en 1992 y Omar Aramayo la ratifica años después en una edición de Somos.

OQUENDO, EL ROSTRO DE LA PUREZA Y DEL COMPROMISO CON LA POESÍA

Desde hace un tiempo se viene proponiendo la recuperación de la casa del poeta Carlos Oquendo de Amat, no sólo por tratarse de uno de los mayores poetas de la vanguardia latinoamericana, sino en reconocimiento que la ciudad le debe a su familia y por un espacio para promover cultura y fortalecer a esa institución lacerada que es el Instituto Americano de Arte, a quienes Puno le debe la imagen de ciudad con cultura, hechos que continuamente son echados al olvido por la miseria del espíritu que tanta fama nos hace en esta aldea donde el croar de los sapos se confunde con los discursos políticos de quienes llegan al poder con ayuda de arribistas que simulan ser activistas, dirigentes y promotores sociales, es que acasonos seguirán sumiendo en la agonía de la cronofagia y del cáncer que representan al no tener una visión de lo que los puneños esperamos de su labor como autoridades.

Entre 1897 y 1907 los hermanos Oquendo Álvarez (Carlos Belizario y Nicolas, de quien nos ocuparemos en otra nota), desarrollaron un activismo incansable para crear la Junta Departamental de Puno,institución con la que iniciarían la construcción del sistema de alcantarillado de Puno, la implementación de un sistema de salud pública, la modernización de los ornatos del departamento y los ejes viales de las principales provincias (1).

De ello han sobrevivido el parque Manuel Pino, la restauración y conclusión del Arco Deustua (conocido en la época como Parque del Asiento de Principales y Propietarios), obras que permitieron un dinamismo inclusivo en ejes excluidos social y culturalmente. Ya que quizá uno de sus aportes más importantes fue el hacer que los cabildos, hoy municipios, patrocinen la creación y manutención de escuelas para atender y educar a los sectores de obreros y artesanos excluidos, considerando que las políticas del estado no permitían que el indígena tenga acceso a la escuela y al castellano. Tomando en cuenta además que las dependencias educativas, administrativamente no tenían presencia real en las provincias (2).

Carlos Belizario Oquendo Álvarez, médico y doctor en medicina por la Universidad de la Sorbona (3), fue maestro de José Antonio Encinas, Telésforo Catacora, Francisco ChuquiwancaAyulo, Manuel A. Quiroga, Eduardo Pineda y Arce y de otros destacados puneños que desarrollaron sus estudios en el Colegio Nacional de San Carlos. Debe, también, ser considerado como padre de la prensa liberal, anti clerical y positivista a través de su ejercicio periodístico en el diario “El Siglo” que creó y dirigió durante la primera década del 1900. Fue también presidente de la Junta Departamental de Puno y Diputado por la misma, creador de los Primeros sindicatos de artesanos y obreros junto a Demetrio Peralta y Eduardo Fournier, siendo además protector legal de Manuel Allqa Cruz (Manuel Z. Camacho), durante el proceso de instrucción judicial aperturado luego de los sucesos de Pomata.

Su imagen y trabajos efectuados recuerda mucho al Dr. Urbina de “El Amor en los tiempos del Cólera” de Gabriel García Márquez, sólo que el ambiente que le rodea linda con la desgracia, la pobreza y el dolor que más tarde minarán su salud y le harán hallar la muerte en el más completo abandono, con el cadáver del futuro y la dignidad de un pueblo en su voz silenciada por la malicie y el rencor llevados a extremos. Ya que fue perseguido por la curia representada por el obispo Piérola, hermano de Nicolás de Piérola, quien fue uno de los más crueles fustigadores de los indígenas y gran aliado de los hacendados de ese entonces.

Sus acaloradas luchas contra los grupos de poder de la época le hicieron de enemigos políticos que lo obligaron a abandonar Puno, pocos años después del nacimiento de su segundo hijo Carlos Augusto Oquendo de Amat, el poeta y autor de los “5 metros de poemas” (4), “del brujo de la palabra” de ese “Hechicero consumado de la poesía” como lo califica Vargas Llosa (5), que murió también como su padre, tuberculoso, anémico y en la casi más vulnerada soledad del espíritu, censurado y perseguido por comunista.

Recordemos además que en Puno se vivió, en dicha época en continuas luchas por la reivindicación de los sectores indígenas, como son los recordados sucesos de Pomata, la rebelión de Ilave, los asesinatos de los mensajeros de Juli, la insurgencia de Tiquillaca y Vilque; así como la rebelión de Azángaro que antecede en poco a la de Rumimaki y la descarnizada matanza de indígenas de Crucero y Macusani, que marcaron una profunda huella en el imaginario popular al punto de iniciar los movimientos reivindicacionistas de la “clase indígena” (6).

Todas estas insurgencias fueron apoyadas por la simpatía del Dr. Carlos Belizario Oquendo Álvarez (a la par, presidente de la Junta Departamental de Puno) y por su hermano, el Ing. Nicolas Oquendo, quien también tuvo un final no menos trágico, luego de la muerte de su hermano Carlos fue internado en un nosocomio por la pérdida de la razón, falleció poco tiempo después debido a los métodos inhumanos aplicados en dicho sanatorio. La labor y la posición liberal del diario “El Siglo” (7) fue tal que era el único medio que simpatizaba con las rebeliones indígenas, con las críticas acérrimas a los hacendados y a la curia cómplice de los abusos que se cometían bajo el amparo de las autoridades judiciales, un diario con el espíritu liberal de las juventudes que se formaban en la región, un vocero de las demandas de los sectores excluidos y de lo que iba a representar e iniciar “el despertar de Puno” como lo llama Dan ChapinHazen.

Con fines para la conservación documental transcribimos a continuación un texto de José Antonio Encinas aparecida en la revista “Puno Ilustrado” de marzo de 1919, que dedica las páginas 11 y 12 a la evocación de este prohombre que fue el Dr. Carlos Belizario Oquendo Álvarez:
“Pocos son los hombres que como Carlos Oquendo pueden vivir en el recuerdo de la juventud puneña. Fue exponente de inteligencia, de energía, de amor al terruño. De temperamento absorbente, trató de mantener en sus manos la vida política y social de Puno. Tal vez esto le hizo bastante daño, pero demostró ante un análisis imparcial de su persona una vivificación de las fuerzas que en esa época se oponían al gamonalismo reinante. Pesaba cerca de 25 años, sobre el pueblo de Puno, la montaña de un feudalismo que muchas veces cubrió de vergüenza a la tierra de nuestros mayores. Las rebeldías se habían apagado. Un conformismo suicida embriagaba el alma de la juventud. Ni un soplo de reacción se sentía en la fría altiplanicie del Titicaca, no había sino la suave brisa de los políticos de cartel que adueñados del poder, no habían hecho otra cosa que encumbrar medianías y eliminar a las verdaderas capacidades con que puno contaba en ese entonces. Esta política dañosa y contraproducente no solo para los intereses materiales de Puno, sino para los espirituales, detuvo por dos decenas de años el movimiento del progreso a que estaba llamado un pueblo que por sus doctrinas y por su historia debía ocupar un sitio preferente en la república.

La anarquía política y desorientación de los valores sociales produjo en la juventud un estado de incertidumbre que fácilmente la condujo a la inacción. Esta quietud sirvió para que las fuerzas contrarias siguieran ostentando dentro y fuera del departamento fuerza ficticia que fuese baluarte de los anteriores abusos que más de una vez tuvieron dolorosas repercusiones. Tal era el estado político y social de Puno cuando llegó de Europa Carlos Oquendo, después de haber cumplido, como estudiante de Medicina de la Universidadde París, sus deberes en forma poco común.

Dedicado al estudio de las ciencias podía creérsele alejado de la lucha por el mejoramiento social. No fue así, demostró tanta capacidad para uno y otro ramo. Puso al servicio del terruño el bagaje de su inteligencia fecunda. Volviendo sobre la realidad del ambiente, desdeñó los valores que conservaban la sociedad y el estado político del departamento; comprendió que la juventud era presa de ese artificialismo que crea la vida material y entonces pensó en una renovación.

Prontamente se vio rodeado de lo más selecto de la juventud de Puno y colaboró con calor a esa obra de mejoramiento. Obra de gran esfuerzo por lo mismo que había de irse contra lo establecido, requería de la persistencia y e la tenacidad con que Oquendo la mantuvo hasta el último momento.

Tuvo errores; para nosotros, tuvo una que le sirvió para su propia ruina .engrosar las filas del civilismo, partido político que al igual de los científicos de México, no ha tenido otra misión en la historia del Perú, que negociar con los dineros del estado. Si hubiera escapado de la vorágine civilista, su estrella habría brillado mayor tiempo y su caída hubiera sido su apoteosis. No pudo ni debió haber figurado en el civilismo, porque en ese bando, estaban los elementos contra quienes debía combatir. Los grandes feudatarios, estaban allí, encastillados por el influjo del poder. Era necesario construir la fortaleza en el lado opuesto. Oquendo, como todos los de su época, no quiso buscar en el análisis de la historia, la tragedia civilista, por eso fue a echarse en brazos de los que debían ahogarlo más tarde.

Pero junto a este error político, Oquendo demostró, una floración de ideal es para Puno, que sirvieron para seguir manteniendo de pié la causa del verdadero regionalismo que en estos momentos cobra verdadero interés. Oquendo fue tal vez uno de los pocos de la generación presente, que comprendió la hegemonía territorial de Puno, aquilató las riquezas del rico departamento y pensó en que alguna vez era posible vivir libre de la malsana influencia de un centralismo brutal y abusivo.

Oquendo como maestro, demostró no solo suficiencia, sino un perfecto criterio de las modernas orientaciones de la enseñanza. Conservamos aún en el recuerdo muchas de las lecciones dictadas con cariño, llevando nuestro espíritu a la observación y al esfuerzo propio de investigación. No fue maestro adocenado y banal. Supo sentir la maravillosa influencia de la didáctica. Supo considerar la cátedra, como el sitial de la consagración espiritual. Sincero, convencido y franco con sus ideas y con sus doctrinas radicales, jamás rehuyó la discusión y su vida quedó indeleblemente amoldada a los dictados de su conciencia. Esta sinceridad y esta convicción, en un medio de temor, de dádiva y de acomodo, tuvo para los discípulos de Oquendo valor inapreciable. El Club Liberal sintetizó esas doctrinas. Marcó una evolución en la vida intelectual de Puno. Pudo este club haber hecho mayor labor, llevando a su seno a muchos de los que pertenecían a esa generación. Así la simiente hubiera sido más fecunda.
Oquendo al bajar a la tumba ha dejado un ejemplo vivo de energía y de amor a la tierra de los suyos. La juventud de Puno, le rinde homenaje de respeto y admiración a quien un día supo encarnar sus más altas aspiraciones.” (8)


NOTAS:
(1)      “Copiador de cartas” y “Libro de sesiones” de la junta departamental de Puno existente en el archivo personal de Henry Esteba Flores.
(2)      Proceso explicado en “Las Luchas por la escuela in-imaginada del indio” del autor de esta nota.
(3)      En el libro “Oquendo” de Rodolfo Milla y en “Carlos Oquendo de Amat” de José Luis Ayala.
(4)      “5 metros de Poemas” en reciente edición Facsimilar de la Editorial Qhala, al cuidado grafico de MoisesBustincioCahui y edición del autor de esta nota.
(5)      Discurso de la recepción del premio Rómulo Gallegos “La Literatura es fuego” 1969.
(6)      Explicado ampliamente en la obra del historiador Augusto Ramos Zambrano.
(7)      Gran parte de este diario existe en el archivo de la familia Cáceres Olazo, Esteba Flores y en menor medida en la Biblioteca Municipal Gamaliel Churata de Puno.
(8)      Nota de homenaje ante el fallecimiento del Dr Carlos Belizario Oquendo Álvarez en “Puno Ilustrado” Nº 01 de marzo de 1919, bajo la edición de José A. Encinas y Juan Luis Mercado.

duelo a "5 metros de poemas"

la fotografía fue tomada por Ernesto More, en ella figura además su esposa. el lugar corresponde al frontis de la iglesia de Pomata y no la de Juli como dice en el texto de de la imagen


Para Carlitos Oquendo,
que cumple 106 años de vitalidad
 a prueba de todo.

Cuando se publicaron los “5 Metros de poemas” Oquendo hizo, sin quererlo, un duelo poético a las generaciones posteriores, un duelo que él sigue ganando, un duelo que con los años tiene más adeptos. Su obra se ha constituido en un arma mortal de ritmo y pureza espiritual que hiere y atrapa a sus lectores, así las victimas pueden contarse a millares en el mundo entero, desde Vargas Llosa, quien le rindió tributo en su discurso de recepción del Premio Rómulo Gallegos en 1967 hasta los jóvenes que empapelan y pintan las calles de Puno con poesía y frases alusivas a la república de las letras: “viva el Coronel Aureliano Buen día, presidente de la república” o “Carlos Oquendo de Amat, congresista” (1). Efervescencia que crece cada vez que alguien entra en contacto con la poesía de Oquendo.
Carlos Augusto Oquendo de Amat nació en Puno, un lunes 17 de abril de 1905, hijo del Dr. Carlos Belisario Oquendo Álvarez y de Zoraida de Amat Machicao. Llevó una vida intensa y trágica, lastimosamente, como los grandes íconos no tuvo mucho tiempo para vivir, cumplió un extraño designio autoimpuesto, ya que falleció a los, apenas, 30 años en Navacerrada, España, víctima de tuberculosis al  igual que su padre y madre.
Carlos Belisario Oquendo fue seguidor y militante del positivismo ortodoxo francés, hecho por el que le puso, a su hijo, el segundo nombre en honor a Augusto Comte, la importante actividad política del padre aún no ha sido estudiada, ni tampoco su relación con Gonzales Prada ni los debates en torno al desarrollo peruano, así como su participación en el naciente movimiento federalista peruano y su alejamiento del civilismo (2), hechos por los que fue perseguido y sepultado en el olvido, junto a su hermano Nicolás Oquendo y que, además casi logran sepultar la obra de su hijo Carlos Augusto, cuya imagen fue rescatada por Mario Vargas Llosa y la Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat (PICOA) en la década de los 60 (3).
Los hallazgos de Omar Aramayo (4),  José Luis Ayala (5), Rodolfo Milla (6), Carlos Meneses (7) y los de Carlos Germán Belli (8) nos brindan luz sobre la misteriosa y brevísima vida del poeta y su entorno trágico e intenso por la efervescencia política y literaria que se desarrolló en ese entonces, período que puede considerarse bien como la expresión más pura e intensa en el vanguardismo peruano (9).
Entre los 17 y 23 años, el autor, nacido en Puno, escribió poemas que publicó en revistas como Amauta, Qosqo, Figulina y Sur, además de los 18 textos que recogió en “5 metros de poemas”, su único libro publicado, que constituye además en la única obra que nos queda de él, un manifiesto intenso de su actividad creativa y de compromiso con la estética de su tiempo. Era 1928 cuando la Editorial Minerva publicó la primera edición de los “5 metros de poemas” que se convirtió en poco tiempo, en el primer intento de renovación poética, luego le seguirían poetas conocidos como Juan Parra del Riego, Alberto Hidalgo y el memorable César Vallejo.
5 metros de poemas” es un libro que no tiene páginas, es un plegable, un acordeón que extendido alcanza los cinco metros de los que habla el título, es como una cinta fílmica que presenta imágenes concebidas entre la ternura, la locura, el dolor y la tecnología, divididas por un intermedio de 10 minutos. Aunque con propósitos distintos, es un lejano antecedente de “Blanco” de Octavio Paz.
En este libro están presentes los signos de la primera vanguardia, la completa libertad para crear un mundo imaginario, juegos tipográficos que construyen espacios hiperrealistas y aperturas a espacios visuales que juegan y se intersectan con la percepción arbitraria de la realidad, dinamismo llevado a un juego fílmico. Se trata de un texto en el que dominan las notas ultraístas y creacionistas; pero también ofrece una riqueza enjuagada en el onirismo surrealista que sugiere imponentes sugerencias del cinetismo imperante en la Francia de ese período, cultura que sin lugar a dudas le fue heredada del Padre.
Cargado de influencias de Tzára, Eluard, Bretón, Rimbaud y Mallarmé, entre sus principales lecturas, Carlos Oquendo de Amat impregna su quehacer poético también del espíritu innovador de Cesar Vallejo y José María Eguren. Según los estudiosos de su obra, el estilo y las características que Oquendo muestra en su única obra son difícilmente clasificables en un determinado género y es que Oquendo anuncia su versatilidad y plasticidad desde el titulo de su libro indefinible “5 metros de poemas” (10), libro en el que la anécdota ha desaparecido por completo; el lenguaje es transparente y delicado; las imágenes vibran delicadamente como cuerpos volátiles en un espacio embrujado o encantado, entre el sueño y la vigilia. En sus imágenes el espíritu se hace líquido, y la edad se detiene en la niñez y la juventud, quizá por eso estos versos y el temblor emocional que su lectura provocan, se han mantenido intactos hasta hoy, sin envejecer ni siquiera un poco(11).
Así la obra de Oquendo de Amat representa una necesidad y búsqueda por el cambio e innovación, en un momento en que la dictadura de Augusto B. Leguía se encontraba en ebullición, en donde se moderan discursos para crear la ficción de que el indio será considerado como parte del estado nación que le niega toda participación. Una casta limeña que entraba en cambios económicos y sociales, con la influencia de nuevos pensamientos como el dadaísmo y el surrealismo europeo. Carlos Oquendo parece jugar con todo esto y plasmarlo de una manera poco tradicional.
 “Cambiaria un tapiz antiguo, que trae una cesta de sonrisas…”, es el inicio de uno de sus versos, poema titulado “Obsequio”, se convierte en una perfecta alusión a las imágenes surrealistas y plásticas que espera crear en el lector, otra de las imágenes que transita por el onirismo llevado a un espacio impreso es “tuve miedo y me regresé de la locura…”. Sus versos son una contribución al juego poético, al coqueteo de la palabra y su significado cada vez más lúdico, en donde semasiología y onomasiología entrelazadas crean un nuevo sema. En este texto film cada verso constituye un reto a la imaginación. En el poemario, el lenguaje y las imágenes  son clandestinos y se valen de elementos modernos para componerse, utilizando accesorios y espacios comunes de la vida diaria, como los trenes, las sombrillas, los mostradores, los transatlánticos y los ascensores. El uso de palabras poco poéticas se convierte en una innovación no solo del lenguaje, sino de la composición misma de los significados y por tanto, de la poderosa capacidad de componer imágenes que se convertirán luego en vehículos hipertextuales.
 “5 metros de poemas” se convierte en una pieza imprescindible para la lectura, un poemario que debe leerse no solo con la imaginación al 100%, sino que además debe registrarse en la amplitud y dimensión de los sentidos, y dejarse atrapar por las visiones que hace casi cien años acompañaron al autor a crear una de las obras más importantes de la literatura universal y la pieza más representativa del Vanguardismo latinoamericano.
NOTAS
(1)    Una vez Percy Zaga nos narró que junto a Omar Aramayo, Serapio Salinas y José Luis Ayala habían decidido pintar las calles con poemas de Oquendo; un grupo de jóvenes universitarios quisieron hacer lo mismo hace algunos años, lastimosamente nos encerraron en la comisaría de Puno, Hernán Cornejo tuvo que intervenir para que nos liberen. En el 2005 un grupo de jóvenes pintaron los poemas de Oquendo en 5 los cerros de Lima, promovida por la revista “dedo crítico” y la municipalidad de Comas.
(2)    En Copiador de cartas, del año 1905, existente en el archivo de Henry Esteba Flores.
(3)    Los integrantes del PICOA son: Omar Aramayo, Percy Zaga, José Luis Ayala, Serapio Salinas, Américo Valencia y Gloria Mendoza.
(4)    En su tesis para obtener el grado de bachiller en la UNSA, “indagando en la vida de un fetiche”, lastimosamente esta tesis ha sido cercenada y su valiosa documentación casi se ha perdido.
(5)    Ha publicado un libro casi completo dedicado a la biografía de Oquendo, se trata de un esfuerzo sin precedente, el libro titula “Carlos Oquendo de Amat: Cien metros de biografía, crítica y poesía de un poeta vanguardista itinerante. De la subversión semántica a la utopía social”, en editorial horizonte en 1998.
(6)    Milla ha publicado una bella y extensa biografía que lleva por título “Oquendo” (en HIPOCAMPO EDITORES – 2006), se trata de un trabajo premunido de devoción al gusto por la poesía oquendiana.
(7)    Meneses ha dedicado parte de su tiempo a encontrar la tumba de Oquendo en Navacerrada y a esbozar una biografía y el camino de la crítica de la poesía de Oquendo, es además junto a Aramayo uno de los iniciadores en los estudios sobre Oquendo.
(8)    Dedica su tesis de Bachiller a Oquendo, es también uno de los primeros estudiosos de su obra.  
(9)    Oquendo fue estudiado y traducido al italiano por Riccardo Badini, quien ha logrado editar además “Resurrección de los Muertos” (en la ANR en el 2010), una obra inédita e Gamaliel Churata.
(10)“5 Metros de poemas” posee varias ediciones decorosas, desde la edición de la municipalidad de Lima, la de la Universidad Ricardo Palma, la de Aquelarre, hasta la más reciente hecha por Qhala Editores, que estuvo bajo el cuidado gráfico de Moises Bustincio y de quien firma esta nota.
(11)Junto a Luis Pacho, Victor Villegas, Simón Rodríguez, Hugo Lipa, Erdy Flores, Edy Sayritupac, Walter Paz, walter Bedregal, Darwin Bedoya y todos los de la generación puneña del 90 organizamos varios recitales de poesía en homenaje a Oquendo, de ello dieron cuenta la Revista Pez de Oro y el diario Los Andes.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Nuestros tres primeros libros del 2011

Cuando tenía que callar



“Cuando tenía que callar” de SAID GALLÓ es una Novela juvenil de corte intimista que acaba de ser publicada por “Qhala Editores” (serie ICARO EN VUELO). Su autora una joven nacida en Arequipa en 1989 enternece con esta bella pieza del ejercicio escritural, en donde Anny…”la personaje” de 21 años transita por la dificil geografía del temperamento humano, donde los abismos y las grutas de la depresión, la llanura del orgullo y los pantanos de la tristeza la obligan a asumir constantes cambios de personalidad y de carácter.

Sin embargo, Anny, llena de “ideas positivas” hará posible que el sol de la alegria, a pesar de todo, no se esconda con facilidad, como dice la narradora de este retablo de historias “en ocaciones es bueno que esté triste pues muestra sus sentimientos, es lo más normal como ser humano. Lo inconcebible sería que siga llorando y caiga nuevamente en depresión”.

Aquí un breve comentario de María del Pilar Carreño, editora adjunta de “Qhala Editores”: “ se suele decir, que ante nuestros ojos cualquier tiempo pasado fue mejor; sin embargo, esta afirmación toma otra ruta cuando se trata de remarcar líneas sobre heridas provocadas. La propensión al dolor es una exhortación que como designio divino o mundanidad lidia con nosotros a lo largo de nuestra vida, por momentos advertimos que no lo es todo y que la vida sin él también sería nada, nos sometemos a la presión de días exitados y generamos para vivir una serie de anticuerpos llamados resguardo de vida.
Ninguno de nosotros ha sido dado para una experiencia única entre los demás, cuando se refiere a reafirmarnos como humanos; es decir, que severa o ligeramente asumimos el determinismo de las civilizaciones, sus pesares, vicios e infiernos. No obstante, la mirada plena y primera hacia la vida ha de ser exclusiva y relevante para cada quien, descubrir el color de la naturaleza, el síntoma de la decepción o la llamada de lo sensorio y el placer. La inocencia marca la partida, a partir de ella lo prohibido se hace exquisito y lo pleno se hace anhelable porque una cosa es dejarse arrebatar por las olas y otra distinta ser arrastrado por ellas.

Leer, “cuando tenía que callar”, ha significado entender una vez más, que el horizonte juega distancias caprichosas para cada uno, sentir que no hay derecho de llamarse alguien en la vida de los demás si ello implica arrebatar el derecho a vivir y descubrir el mundo por voluntad personal; ha logrado además, desatar una mueca sonriente en un intento de salvar la lástima hasta convertirla en estribo”.

Pájaros al Viento


La editorial “Qhala” acaba de publicar “Pájaros al viento” SERIE: MAPA DE MÚSICA (poemario de tema amoroso) de Filonilo Catalina, seudónimo del poeta Luis Rodríguez Castillo (Coaza – Puno, 1974). Quien tiene una larga y amplia trayectoria literaria, siendo reconocido y merecedor de diversos premios nacionales como:
Mención honrosa del premio “Copé de Poesía 2003”,
Premio “Copé Bronce de Poesía 2005”,
Premio “Plumas de Búho 2007 – cuento”,
Premio “Plumas de Búho 2008 – Poesía”,
Premio de poesía “Huamachuco 2011”.

El poemario “Pájaros al Viento” a decir del Editor: “es un intenso manifiesto de la invención del amor o acaso el manifiesto de un amor enloquecido por su propia capacidad de creación, que transita afiebradamente por las rutas del espíritu humano, que no deja de explotar la naturaleza de su propia geografía, como ocurre en cada uno de los poemas que se hallan en este libro.
De tal  modo que aquí, la poesía ha hecho de Filonilo Catalina una metáfora vital que se reinventa como el agua, que  busca sus rumbos en el espacio y en los nubarrones cargados de tiernos truenos, cual versos en plena lluvia de imágenes que calan en las rocas de una tradición poética, que como la pureza del agua no le tiembla al tiempo”

Aquí una muestra de “Pájaros al Viento”:


JANAÍ

Mi mar no está en tu cuerpo
Mi mar está mar adentro
Donde la luna se te hunde como el más hermoso verso
Donde lloran los peces
Sólo para que la mar siga creciendo
Mi mar no esta en tu rostro que se me rebalsa
Ni en tus manos de como peces se me escapan
Mi mar se está dañando mar adentro
Y tú no eres mi mar
Ni mi mar es tu cuerpo
Pero cada vez que te pienso
Me golpeas al compás de las olas el techo.